Psicoterapia Breve.
Tratamiento Cognitivo Conductual.
“La vida buena está inspirada en el amor
y guiada por el conocimiento”
B. Russell.
Mucha gente compara al psicólogo con un sacerdote o prefiere buscar alguien de su confianza para conversar alguna problemática. Esto ocurre, en parte, porque la psicología y sus diversas escuelas no son tema cotidiano entre las personas; lamentablemente el mundo del conocimiento se encuentra bastante aislado de la cotidianeidad. Sin embargo, la tarea de un profesional de la salud siempre responde a una forma particular de entender las problemáticas humanas, lo diga o no. Tal vez esto último constituya el “saber necesario” que cualquiera necesita para elegir un tratamiento, qué se hará, por qué y desde qué marco teórico. Un psicoterapeuta puede escuchar con atención a su paciente, pero si solamente escucha, como puede hacerlo un amigo o un sacerdote, no está ayudando a resolver un problema. Contar algo puede aliviar el sufrimiento, pero es muy poco en relación a lo que brinda la investigación contemporánea en psicoterapia.
Algunos autores han determinado tres áreas para comprender las razones que llevan a las personas a terapia. Los trastornos psiquiátricos son uno de los tantos motivos de consulta. Hay otros, que también son problemas, pero que están en una dimensión diferente a las categorías de enfermedad mental.
No son menos graves en tanto generan malestar. Duelos, mudanzas, separaciones, cambios producidos por la edad, enfermedades graves, conforman un área conflictiva denominada Crisis Vitales.
En circunstancias de ese tipo las personas cuestionan todas sus creencias y se encuentran en un estado de gran vulnerabilidad. La psicoterapia en estos casos, ayuda a prevenir la configuración de trastornos y generar alternativas para transitar la situación sino es posible resolverla.
En otro plano se encuentran quienes no están en riesgo psíquico, y encaran un nuevo proyecto, o desean encaminarse hacia determinadas metas y dudan cómo hacerlo. Estas consultas se agrupan en el llamado Desarrollo Personal. Es tarea del terapeuta preparar al sujeto para afrontar las dificultades que pueden presentarse, anticipando consecuencias, previendo también cómo vivirá las nuevas significaciones.
En el mundo actual la psicología se orienta hacia la resolución de conflictos, relacionándose con la investigación y otras ciencias de la salud. Por eso los tratamientos son breves, no superficiales; las soluciones de fondo se alcanzan después de una minuciosa evaluación del paciente. De modo que el bienestar psicofísico no se produce por sesiones mágicas. Definidos los objetivos terapéuticos comienzan a utilizarse las técnicas adecuadas para cada caso.
Así, terapeuta y paciente conforman un equipo de trabajo de intensa actividad, teniendo como único horizonte el cambio. El cambio nunca es pequeño o aislado, una mínima modificación en nuestros pensamientos, emociones o conducta repercute en nuestros vínculos y calidad de vida.
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